Competición de bloque en Silla

Este finde ha tocado la última competición del año. Competición un tanto extraña, con eliminatorias prácticamente a vista y un sistema de puntuación que primaba sobremanera el acierto al primer intento. Estas dos cosas me parecen muy bien, aunque no me favorezcan demasiado, pero también hay quien opina que es aplicar una visión de deportiva y no de bloque, que suele ser más físico y social.

El sorteo me hizo empezar por los bloques más duros, lo que me hundió en la miseria, hasta que llegaron los tops y también vi que algunos de esos bloques duros se quedaron sin hacer. Aunque mi puntuación fue penosa (no pasé a semifinales), se debió sobre todo al sistema de puntuación y a la "mala suerte": en el primer pegue, que era el bueno, cuando no me resbalaba, me equivocaba con el método... Pero bueno, dentro de lo que cabe creo que es lo más fácil de mejorar. Guardé momentáneamente el cartel de "se venden pies de gato"...

La competición la ganó Anaxi (hace como 7 años, cuando entrenábamos juntos, yo ya sabía que este chico llegaría lejos), segundo Bimbi y en tercer lugar empate entre Julio y un chaval que no conozco. En chicas ganó, cómo no, Carol, seguida de Maika (parece ser que otra representante del Buñol power) y Jessica.

 

Con fallos y aciertos, a mí personalmente me ha dejado con ganas de repetir. Como sé perfectamente lo difícil que es organizar una competición por primera vez, ¡mi enhorabuena a Alfonso y sus colegas del club Amunt i avall!

¡Eh, que tiene nombre!

Imagina que las personas no tuvieran nombre, y nos refiriéramos a unos y a otros por su salario mensual: "ayer cené con un 2.000", "voy a decirle a ese 500 si se viene", "¡eh, tú, el 3.000!" o "ese 1.000 es un capullo". Sería ofensivo, ¿no?

Desde que empecé a escalar me gustó eso de que las vías tuvieran nombre: representa que tienen su propia personalidad, carácter, hasta algunas diría que alma. Por eso, cuando me refiero a una vía, me gusta hacerlo por su nombre: "tengo El delfín como proyecto", "el otro día encadené Anitesia" o "voy a probar el Hanuman". Pero últimamente percibo mucha gente para la que esto sobra, la vía se reduce a ser "el 8b del Oasis", "un 7C de Albarracín" o "el 8a de la derecha"... De hecho, en muchas guías el autor (siempre ocurre cuando no coincide con el equipador) se despreocupa de los nombres, llenándolas de erratas o dejándolo directamente en blanco... Una pena, porque todo esto es muy representativo de la forma de ver la escalada de algunos...

A mí, personalmente, me gustaría que pensáramos menos en los números y más en la belleza de lo que escalamos...

I Campeonato de bloque de Oropesa

En una época en que la competencia es feroz en todos los aspectos, hay que ser de los mejores desde el principio para sobrevivir. Pues bien, el Campeonato de bloque de Oropesa ha venido para quedarse. Y es que ha dejado muy buen sabor de boca: diversión, espectáculo, buen rollo...

Mis reflexiones como equipador: el grado de las clasificatorias no estuvo mal para los chicos (todos encadenaron al menos uno y solo una persona "se aburrió" encadenándolos todos en seguida), tal vez un poco duro para las chicas. En las finales lo mismo (todas encadenadas), pecando en algún bloque de estar el paso duro al principio en lugar de al final, lo que hubiera dado algo de mejor sabor de boca a escaladores y público. En cuanto a variedad y diversión, por lo que oí, estuvieron bien. Además, un único lesionado muy leve (por caer justo en la junta de colchonetas). No hubo empates ni dudas en quiénes fueron los primeros... En definitiva: de todo se aprende, y ésta era ya mi tercera compe como equipador, por lo que no salió mal, a pesar de tener solo dos días para prepararla.

Como resumen para quien no estuvo: 28 participantes, de los cuales 7 chicas y 1 juvenil. En masculina 1º Piotrk Bunsch, 2º Ferrán Cardona y 3º Bimbi; en femenina, 1ª Kasia Janicka, 2ª Marina Cervelló y 3ª Azahara Montes. El concurso de lances al final no se hizo por falta de interés de los participantes.