lunes, 8 de agosto de 2011

Mis vías "especiales"

Para alguien ajeno a la escalada debe resultar incomprensible lo que sentimos los escaladores al ver ciertas líneas "perfectas", que cruzan paredes increíbles diseñando un trazado que, por uno u otro motivo, son como un sueño. Lo de menos es el grado, aunque es verdad que es más probable que esas paredes increíbles solo incluyan grados altos, pero lo que importa es ese "amor a primera vista", el hecho de que las veas y se graben en tu cerebro, motivándote a entrenar y casi diría que a vivir. Y esas vías, como quien se deja para el final el mejor trozo de tarta, el que más chocolate tiene, no las pruebo a ciegas. Me gusta guardármelas una buena temporada, ansiarlas, e intentar sacarlas a vista (lo que me produce una ansiedad excesiva, pero bueno). Como en esa lista es fácil que entren más y más vías, poco a poco voy decidiéndome a probar alguna de ellas. Unas salen y otras no, pero cuando salen, la sensación hace que valgan la pena tantos años de entrenamiento (aunque en realidad me gusta entrenar, así que tampoco lo necesitaría, pero bueno).

Entre las que ya me he decidido están: Bovedonada (Gandía, 6c, OS), La peña de María (Gestalgar, 7a, no, porque la pillé reventado), Thetis (Kalymnos, 6b+, no, por un resbalón), o Anitesia (Bellús, 6c, OS ayer).

Entre las que siguen en mi libreta: Caries Mental (Castellet, 6c), Somnis de mono (Jérica, 6c+), Arcadia (Gandía, 7c), Trella y Aegialis (Kalymnos, 7a y 7c), Buff (Mallorca, 7a), El delfín (Rodellar, 7c), una que no sé el nombre del Altet (7a)...

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