Van 50 años de ocupación (o sea, invasión) del Tibet por parte de China. Está claro que nadie interviene porque no hay intereses económicos allí, ¿pero qué pasa con los derechos humanos? La permisividad que se tiene ante la dictadura más larga del mundo, el efecto de 1.200 millones de capitalistas más y el de la inmigración y explotación descontrolada serían objeto de un artículo por si mismos... Pero aquí me voy a centrar en esas tierras tan bellas, que desgraciadamente han pasado a estar en manos de intereses económicos...
Creo que los alpinistas deberíamos sumarnos a la protesta de nuestros amigos tibetanos con los que tanta ideología compartimos, y que sólo pretenden vivir en paz en sus tierras. Además, estaremos todos de acuerdo en que la explotación comercial del Tibet supone acabar con el encanto de uno de los lugares más increíbles del mundo... Si la opinión pública hiciera tanta fuerza como en otros asuntos donde hay intereses políticos, tal vez se conseguiría algo... Desde aquí hago un llamamiento a todos para que os entereis de lo que está ocurriendo y ¡no os quedeis callados!
Om Mane Padme Hum: deseando que la paz vuelva a ese rincón especial y mágico del mundo. Naturewins@
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarComo bien dices no hay nadie que mueva un dedo ni por lo tibetanos ni por tantos otros que están en la misma o peor sitación.
ResponderEliminarNapoleón cuando fue desterrado dijo: No despertéis a la civilización china, porque el mundo temblará.
Y efectivamente, el mundo está en ascuas con la economía china y su potencia como nación mundial, y por tanto, Tibet, que para China son un nido de hormiguitas que con una barrida los pueden eliminar.
Este mundo está corrompido por el miedo.Por miedo somos capaces de vender nuestra dignidad individual, y por miedo somos, en cierta medida responsables de las atrocidades que se cometen con los más débiles.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar